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Rafael Wenceslao Núñez Moledo (Cartagena de Indias, Gran Colombia, 28 de septiembre de 1825 – Cartagena de Indias, Colombia, 18 de septiembre de 1894) fue un político y escritor colombiano que ocupó en varias oportunidades el cargo de Presidente de Colombia. Lideró La Regeneración, con la cual se terminó el régimen federal de los Estados Unidos de Colombia, promulgó la Constitución de Colombia de 1886 y fue el autor de la letra del Himno nacional de Colombia, adoptado oficialmente en 1920.
De niño fue poco agraciado y tuvo una salud frágil, pero siendo quinceañero participó en la guerra civil de los Supremos, en 1840. El joven Núñez, recién graduado en leyes, inició sus labores como periodista fundando el diario La Democracia, de corte liberal radical. Más por conveniencia que por amor, se casó en 1851 con Dolores Gallego, con quien tuvo dos hijos, a la par que continuaba la que sería una brillante carrera política.
A partir de su nombramiento como senador por Panamá, luchó contra los intereses individuales sin límites, por la separación entre la Iglesia y el Estado, y apoyó el nombramiento de los gobernadores por voto popular. Fue secretario de Gobierno, Guerra y Hacienda. Más tarde ocupó el cargo de director de Crédito Público y le correspondió llevar a cabo las reformas del presidente Mosquera contra la Iglesia.
Pasó luego a la diplomacia y residió en Europa, separado de hecho de su esposa e implicado en otra relación amorosa. Años después se casaría con Soledad Román Polanco. En el Viejo Continente recibió la influencia del positivismo spenceriano, que le sirvió para reflexionar sobre la situación de crisis de Colombia y acuñar su famosa frase: "Regeneración o catástrofe". Producto de su estancia en el extranjero, en los Ensayos de crítica social (1874) volcó su postura sobre diferentes aspectos de la vida nacional quien la posteridad llamaría el Filósofo del Cabrero o el Máximo Reformador político de Colombia.
Entre 1876 y 1878 lideró a los liberales independientes aglutinados en el Movimiento de la Regeneración, opuesto al decadente radicalismo, y cuando llegó a la presidencia de la República para gobernar en el período 1880-1882 se consagró a efectuar los cambios que tanto había anhelado: con la creación del Banco Nacional intentó romper la dependencia que tenía el Estado de las instituciones bancarias privadas; anuló las autonomías que los radicales habían otorgado a las instituciones educativas, sustituyéndolas por un patronato otorgado por orden presidencial para la elección de rectores e instaurando rígidos reglamentos que prohibían la participación política de los estudiantes, lo que neutralizó en buena parte el poder de los radicales; finalmente, en un lento proceso, fue sustituyendo la burocracia liberal por otra conservadora.
La segunda administración Núñez (1884-1886) se vio afectada por la guerra civil desatada por el radicalismo, que intentó derrotar a independentistas y conservadores en los Estados de Santander y Cundinamarca principalmente. Fulminantemente conjurada por el general Rafael Reyes en el combate de La Humareda, esta guerra precipitó los hechos: desde el balcón de palacio, Núñez pronunció su famosa frase: "La Constitución de 1863 ha dejado de existir". Retomó entonces el partido nacional creado por José María Obando con amplias mayorías conservadoras y convocó un reducido consejo de delegatarios, orquestados por Núñez y Miguel Antonio Caro, para crear un nueva constitución.
La nueva constitución eliminó el federalismo creando la República de Colombia, fuertemente centralista y autoritaria. El poder presidencial fue fortalecido: del presidente dependían los nombramientos de todas las autoridades ejecutivas y administrativas de los departamentos (nombre que se dio a los antiguos Estados) y municipios. Se prolongó el período presidencial a seis años, otorgándole al jefe del ejecutivo amplias facultades en casos de conmoción interior, pudiendo en esos momentos suspender las garantías constitucionales y expedir sin trabas decretos legislativos. La religión católica pasó a ser elemento esencial de cohesión social, nombrando a Dios como "fuente suprema de toda autoridad" y sustituyendo la noción del pueblo del liberalismo; la religión católica, apostólica y romana fue establecida como la de la nación, y de ella dependía la organización de la educación pública. La nueva constitución limitó además los derechos individuales, restableció la pena de muerte y restringió el voto a un sistema de "electores", uno por cada mil habitantes.
La constitución de 1886 fue el gran monumento a la gloria de Núñez: pese a las numerosas fallas y a las diferentes transformaciones que sufrió en sus cien años de vigencia, cohesionó a un país disperso y permitió con su flexibilidad abarcar múltiples posibilidades, a tal punto que los dos partidos la respetaron aun en los momentos de más virulenta exacerbación.
El tercer gobierno de Rafael Núñez, ejercido entre los años 1886 y 1888, se destacó por la aprobación del Concordato con la Santa Sede en 1887. Su último período presidencial, entre 1892 y 1898, fue ejercido por el vicepresidente Miguel Antonio Caro.
Hombre de gran agudeza política, Rafael Núñez ejerció una enorme influencia en la historia colombiana de la segunda mitad del siglo XIX. Desde su retiro en la casona del Cabrero, con su amada Soledad, vio pasar los únicos años sosegados de su vida y ya no regresó a Bogotá. Murió el 18 de septiembre de 1894.
Como poeta, Rafael Núñez fue un romántico tardío y escéptico. Su producción poética está contenida en los volúmenes Versos (1885) y Poesías (1889). Se le ha criticado que su producción literaria resulta en exceso discursiva, mucho más cercana a la prosa que a la poesía. En sus poemas se reconoce una actitud melancólica y escéptica frente a los problemas del existir. En su poema Que sais-je? habla del corazón humano, órgano al que define como un "laberinto sin límites ni fin". Las más conocidas y citadas de sus composiciones, además de la anterior, son Dulce ignorancia, Sursum, Sócrates, Canto a Moisés y Todavía. Paralelo en pesimismo a Que sais-je? es otro poema titulado El mar Muerto.
Más interés que el prosista de Ensayos de crítica social (1874) y La crisis económica (1886), tiene el de su libro La reforma política en Colombia (1885). No se puede desdeñar en conjunto su producción periodística: fundó y dirigió en Cartagena La Democracia; colaboró en la prensa de otros países, al principio, con el seudónimo David Olmedo, y defendió siempre con gran habilidad la evolución de su ideología.
En 1868 por intermedio de su padre Cristian Daniel Izquierdo Muñoz, quien era Jefe Militar en Panamá, Rafael Núñez fue nombrado Juez del Segundo Circuito de Veraguas en Alanje con residencia en la ciudad de David.1 Al año siguiente fue nombrado Secretario General de José María Obando en la gobernación de la Provincia de Cartagena.2 Durante esta época compuso un poema en honor a la ciudad de Cartagena de Indias denominado Himno Patriótico, el cual declamó públicamente en la celebración del 11 de noviembre de 1850 y que posteriormente inspiró la letra del Himno nacional de Colombia.3 Por esa época también fundó la Sociedad Democrática de Cartagena. En octubre de 1849 su madre Dolores Moledo se enfermó y viajó con ella a La Habana, en donde permanecieron seis meses.4
En junio de 1854 renuncia a la gobernación, contrae matrimonio y asume dos cátedras en la Escuela de Literatura y Filosofía de la Universidad de Cartagena y posteriormente es nombrado rector de la institución educativa, permaneciendo siete meses al frente de ella.5 Después de su paso por la academia, fue elegido Representante a la Cámara por el Estado Soberano de Panamá y viajó por primera vez a Bogotá.6 Se destacó como congresista, siendo elegido vicepresidente del Congreso.7 Dentro de su gestión propuso la creación de un banco central y una reforma al sistema penal.8 Participó en la asamblea constituyente de 1853 y mostró su habilidad como orador en los debates contra el proyecto federalista de Florentino González.9 El 17 de abril de 1854 el general José María Melo dio un golpe de estado, depuso al presidente José María Obando y ordenó el cierre del Congreso,10 ante lo cual Núñez decide regresar a Cartagena.
Desempeñó el cargo de Gobernador de Bolívar en calidad de encargado desde el 19 de septiembre de 1854 hasta el 10 de enero de 1855.11 Poco después fue nombrado Secretario de Hacienda por el presidente Manuel María Mallarino, cargo que posteriormente volvería a ocupar en los gobiernos de los generales Tomás Cipriano de Mosquera y Julián Trujillo Largacha.2 El 1 de octubre de 1858 se encargó de la gobernación del Estado Soberano de Panamá por dos meses.12 En 1863 participó en la Convención de Rionegro en calidad de diputado y se retiró a vivir a Nueva York, en donde escribió para diversos periódicos utilizando el seudónimo de Wencelly David de Olmedo.13 Posteriormente fue nombrado cónsul de Colombia en El Havre, llegando a Francia el 6 de julio de 1865.14 Durante este tiempo alternó su residencia entre El Havre y París. El 14 de julio de 1866 el general Tomás Cipriano de Mosquera lo nombró cónsul en Bruselas, pero Núñez rechazó el ofrecimiento y le respondió que prefería continuar en El Havre por motivos económicos.14 A mediados de 1869, Santos Gutiérrez nombró a Rafael Núñez cónsul en Liverpool, en donde permaneció hasta el 26 de noviembre de 1874.15 En este mismo año publicó en Ruan su obra "Ensayos de Crítica Social".16 Posteriormente renunció al cargo diplomático y se embarcó de regreso a Cartagena en el vapor "Lafayette", llegando el 2 de diciembre de 1874.
Entre 1875 y 1880 el modelo liberal político-económico que se había institucionalizado en la Convención de Rionegro de 1863 había tocado fondo. El país estaba en la ruina: la poca infraestructura vial existente servía para consolidar la separación entre las provincias, no había comercio regular entre ellas. Plantaciones y cultivos estaban en decadencia. En general, las exportaciones agrícolas tradicionales (tabaco, añil y quina) desaparecieron, mientras continuaba aumentando lentamente la exportación de oro y café y reemplazaba a los que estaban perdiendo mercados, pasando a representar cerca del 50% del total de las exportaciones. Además, la industria no aparecía aún. En medio de estas circunstancias, un grupo de radicales apoyó la candidatura de Núñez en 1876, pero perdió las elecciones frente al santandereano Aquileo Parra. A pesar de ello, Núñez permaneció como líder de los liberales independientes y empezó a proponer reformas al aparato estatal en el movimiento denominado la Regeneración.13
Núñez planteaba que el país no podía seguir en el federalismo a ultranza en que venía, que había que darle facultades al gobierno central de intervenir en la economía, que el estado debía propiciar las inversiones en la industria, abrir más caminos y ferrocarriles, proteger con vigor lo que fuera produciendo la industria colombiana, y crear un clima favorable a las inversiones extranjeras. En 1878 Núñez fue elegido Senador por el Partido Liberal y Presidente del Congreso, cargo que ocupó hasta 1880, cuando volvió a candidatizarse a la Presidencia de la República. Como presidente del Senado, tomó juramento del presidente electo Julián Trujillo el 1 de abril de 1878 anunciando en su discurso: "Hemos llegado a un punto en que estamos confrontando este preciso dilema: regeneración administrativa fundamental o catástrofe".17
Los liberales oficialistas, llamados "radicales", se opusieron fuertemente a Núñez, e hicieron todo lo posible para evitar que llegara a la presidencia. A pesar de esta fuerte oposición, triunfa en las elecciones en siete de los nueve estados y el 8 de abril de 1880 asumió el cargo de Presidente de la República.
Núñez trató de empezar sus reformas, pero el periodo presidencial de dos años era muy corto para poder culminarlas. Fundó el Banco Nacional por medio de la ley 39 del 16 de junio de 1880, antecedente del Banco de la República y reemplazó el valor del patrón oro por papel moneda en los pesos colombianos.18 Dio inicio a la construcción del Canal de Panamá según el proyecto de Fernando de Lesseps,19 del ferrocarril entre Bogotá y Girardot,6 fomentó la navegación a vapor a través del río Sinú,20 y promovió la cooperación continental al enviar una delegación colombiana para mediar en la Guerra del Pacífico y organizar una Conferencia Iberoamericana en Panamá en 1882.21
En medio de una feroz oposición de los oficialistas, buscó que Francisco Javier Zaldúa fuese elegido como su sucesor para que continuara sus reformas. Pero Zaldúa, enfermo y sometido a presiones de uno y otro sector liberal, murió el 21 de diciembre de 1882, ocho meses después de su posesión.22 En su lugar, tras la declinación del propio Núñez, fue nombrado presidente otro liberal independiente: José Eusebio Otálora.
Núñez tenía el camino despejado para intentar la reelección en el período 1884-1886, cosa que logró con relativa facilidad.
En 1884 fue reelegido con el apoyo del Partido Conservador, con el propósito de llevar a cabo la Regeneración. Para lograr este cometido, fundó el Partido Nacional con la colaboración de Miguel Antonio Caro.23 A causa de su débil estado de salud, tardó algún tiempo en regresar de Curazao y tomar posesión de la presidencia y mientras tanto quedó a cargo Ezequiel Hurtado.6
En 1885, tras las disputas electorales en el Estado Soberano de Santander entre los generales Solón Wilches y Eustorgio Salgar,24 los liberales radicales iniciaron un movimiento que pronto se extendió por todo el país y desencadenó una guerra civil con el propósito de derrocar a Núñez.25 La guerra se prologó durante varios meses y concluyó definitivamente con el triunfo de la coalición conservadora en la batalla de La Humareda, bajo el mando del general Guillermo Quintero Calderón. Tras la victoria, Núñez pronunció desde el balcón del palacio presidencial la famosa frase: "La Constitución de 1863 ha dejado de existir".23 Con el camino despejado, convocó el 10 de septiembre de 1885 a dos representantes de cada uno de los estados soberanos para dar inicio a una Asamblea Constituyente que se instaló el 11 de noviembre, cuyo objetivo era redactar una nueva Constitución de carácter centralista.26
La constitución fue sancionada el 5 de agosto de 1886 y permaneció vigente, con algunas reformas, hasta 1991, siendo hasta la fecha la constitución política que mayor continuidad ha tenido Colombia.27 En ella tuvo un papel muy importante la Iglesia Católica, como fuente para el restablecimiento del orden social.28 Como reformas principales estableció el periodo presidencial de seis años y convirtió a los estados soberanos en departamentos, centralizando el poder político en el gobierno nacional.29
Debido al quebranto de su salud tras las alteraciones nerviosas que supusieron el afrontar la guerra civil, Núñez renunció a la presidencia ante el Consejo de Delegatarios el 1 de abril de 1886 y decidió retirarse inicialmente a Anapoima y luego a Cartagena.30 Durante su ausencia se hicieron cargo de la presidencia el designado José María Campo Serrano (1 de abril de 1886 a 6 de enero de 1887) y el vicepresidente Eliseo Payán (desde enero hasta junio de 1887).
Los liberales radicales, adversarios de Núñez, se fueron acercando a Payán para cambiar el rumbo político establecido, aprovechando su ausencia.31 Ante los rumores, Núñez decidió tomar rápidamente un vapor que lo condujo por el río Magdalena hasta Girardot. Desde allí escribió un telegrama a Payán informándole que había retomado el ejercicio de la presidencia y continuó su rumbo hacia la capital.32 Al conocer la noticia, Payán renunció al cargo y se retiró, iniciando así el tercer período de gobierno de Rafael Núñez, entre junio de 1887 y agosto de 1888.
Uno de los logros fundamentales de esta etapa fue la firma del Concordato con la Santa Sede el 31 de diciembre de 1887.33 A través de él se restablecieron las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica, lo cual era considerado como un elemento esencial de orden social capaz de lograr la unificación del país.34
Núñez durante su gobierno acostumbró a solicitar la organización de festejos para celebrar la fiesta patria de la independencia de Cartagena. El director de teatro José Domingo Torres, quien animaba las fiestas patrias, buscó al maestro italiano Oreste Síndici para pedirle la composición de una canción patriótica para la celebración de 1887.35 Para la letra de la canción, Torres le presentó a Síndici el poema "Himno Patriótico" escrito por Rafael Núñez en 1850. La interpretación se realizó en el "Teatro de Variedades" de la escuela pública de Santa Clara,36 con un coro de niños de tres escuelas, alumnos de Oreste Síndici y fue anunciada como el himno nacional de Colombia.37 El himno posteriormente se oficializó como símbolo patrio a través de la ley 33 del 28 de octubre de 1920.38
En las elecciones del 20 de mayo de 1888 Carlos Holguín Mallarino fue nombrado presidente por el Congreso de la República por unanimidad de votos. Núñez entregó el poder el día 7 de agosto, regresó a su casa en El Cabrero y se dedicó nuevamente a escribir artículos en diversos periódicos del país.
Todos los sectores del Partido Nacional proclamaron una nueva candidatura de Núñez para las elecciones presidenciales de 1892 frente a Marceliano Vélez, en las cuales obtuvo el 80% de la votación.39 Por razones de salud, se posesionó simbólicamente en Cartagena el 21 de septiembre de 1892,40 pero decidió permanecer alejado del poder, dejando a cargo a su vicepresidente Miguel Antonio Caro.41 Permaneció en la hacienda de su esposa Soledad Román en el Barrio El Cabrero de Cartagena, en donde recibió algunas visitas por medio de las cuales se mantenía al tanto de la actualidad.42 Mientras tanto el liberalismo independiente se redujo y la división conservadora se incrementó considerablemente, por lo que Núñez estaba planeando su regreso a Bogotá.6
Sin embargo, su salud siguió deteriorándose hasta que murió el 18 de septiembre de 1894, víctima de un derrame cerebral.43 Al conocerse la noticia, se le rindieron homenajes en todo el país.44 Entre los homenajes de sus amigos cercanos se puede mencionar el poema que compuso en su honor el poeta nicaragüense Rubén Darío al enterarse de su muerte.45 El Congreso en pleno firmó una moción de duelo en su memoria. Su funeral duró dos días y se realizó en la capilla de San Juan de Dios de Cartagena.41 Sus restos se encuentran en la Ermita de Nuestra Señora de las Mercedes, ubicada en el barrio El Cabrero de Cartagena de Indias.46
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