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La experiencia que tuvimos en Chile, de compartir opiniones y experiencias con ilustres coleccionistas y estudiosos de los enteros postales, fue, para mí, enormemente interesante y clarificadora. Paso a resumir unas reflexiones como consecuencia de lo allí tratado.
Se suscitó, desde el principio, un interesantísimo debate sobre lo que es específico de nuestra afición: ¿Qué es un estero postal?
La FIP lo define de la siguiente forma:
Entero postal: Los enteros postales comprenden material postal que o bien porta un sello impreso oficialmente autorizado o un emblema o inscripción indicando que un valor facial específico de un servicio postal o análogo ha sido previamente pagado.
( F.I. P.) a
Es importante destacar que esta definición es puramente filatélica, los distintos correos del mundo nunca se preocuparon, y menos aun se ocuparon, en definir a este tipo de efectos postales.
Adicionalmente la FIP desarrolla esta definición y establece matices de gran interés y que, como es lógico, no pueden abarcar todas las posibilidades, quedando, a veces, ejemplares que están en terrenos fronterizos, lo que, con una interpretación teóricamente “purista” los dejaría fuera de este grupo de material postal. Me refiero, en concreto, a algo aparentemente tan obvio como que sean “enteros”.
Según esto algunas piezas de indudable interés no podrían considerarse enteros postales, concretamente las etiquetas adhesivas que en algunos países, entre otros España, se emitieron a petición de particulares para pegarlas a paquetes.
En el caso de paquetes o de sobres cuya dimensión sea variable es útil la confección de etiquetas que se adhieren a dichos objetos. Es el caso de las etiquetas españolas de certificado de Impuesto de Naipes y de Impuesto de Timbre, para el envío de paquetes desde o hacia la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, y las etiquetas de certificados sin derecho a indemnización para el envío de libros emitidas a petición de algunas editoriales españolas.
Es el caso de los ejemplares de las figuras 1 y 2.
Fig 1
Fig 2
Evidentemente estas piezas, por si solas, sin el paquete al que iban adheridas, no podían circular, por lo tanto no formaban pos si solas un conjunto entero. Con una aplicación restrictiva de la reglamentación FIP no serian enteros postales.
Es el mismo caso de las etiquetas colombianas de Valores Declarados de la figura 3.
Fig 3
Pero hay más casos.
Las etiquetas colgantes que se utilizaron para los paquetes de medicamentos, figura 5
Fig 5
Estas etiquetas tampoco circulaban solas. Tenían que ir atadas a los paquetes de medicamentos. No formaban por si solas un conjunto entero. ¿Tampoco serían enteros postales?
Otro caso, que creo que nunca se ha debatido, es el de las fajas de prensa, figura 6. Nunca circularon sin un ejemplar de prensa. Nunca circularon solas. Siguiendo el mismo criterio tampoco serían enteros postales¿?
Fig 6
Creo que conviene interpretar todos estos casos con cierta amplitud.
Para mi son, sin ningún género de dudas, enteros postales. Lo cual no quiere decir que no comprenda perfectamente que ilustres colegas, acogiéndose a la literalidad de las normas, dictaminen que no lo son. Para salir de discusiones bizantinas quizás lo que podría hacerse es reconsiderar, no la definición, sino el desarrollo que de la misma hacemos en la FIP.
Otro aspecto que se comentó en el foro de Chile fue el de la utilización de los enteros postales circulados como piezas de indudable interés. Afortunadamente, en mi opinión, la clase “Enteros Postales” no está dividida en “Tradicional” e “Historia Postal”. Esto tiene unas consecuencias inmediatas en varios de los factores que son objeto de valoración en una exposición competitiva con el sistema FIP, dado que, si no se especifica lo contrario, una colección de enteros postales debe ser valorada desde las dos ópticas (tradicional e historia postal) simultáneamente
En el aspecto importancia obviamente el uso de los enteros le da un plus de importancia, siempre y cuando se especifique el uso postal de los mismos. Conviene recordar, llegado a este punto, que los enteros postales se concibieron siempre para un uso postal concreto, pero, con frecuencia, han tenido usos distintos al inicialmente previsto (caso de la circulación internacional en los previstos para uso nacional) o servicios (como el certificado o el correo aéreo o la urgencia, etc.) que implicaron la necesidad de complementar el franqueo impreso original.
El tratamiento también deberá ser influido por la presencia en una colección de ejemplares con las distintas modalidades de circulación. Cuanto más amplia sea la representación de servicios postales mejor será el tratamiento.
El caso del estudio, conocimientos e investigación debe hacerse no solo sobre el entero del que se trate sino también sobre el uso postal del mismo. En consecuencia no debe ser suficiente indicar, como tantas veces hemos visto, “ejemplar usado”, lo cual sería obvio, sino que uso se le ha dado, especialmente si este ha sido singular.
Donde es más evidente la influencia de la circulación es en la rareza. Los ejemplares más comunes son los que a su vez han tenido más oportunidades, por su abundancia, de haber tenido utilizaciones especiales, y estas son las que el coleccionista competidor debe buscar. Un ejemplar muy común con una circulación muy especial y poco frecuente puede ser de una rareza espectacular.
Siempre nos van a interesar piezas que intrínsecamente son raras, es el caso de los ejemplares siguientes:
Tarjeta republicana de 30cts, con la inscripción “CORREOS” en el sello, circulada a Berlín el 1 de marzo de 1937, cuando la tarifa correspondiente era de 40cts, por lo que se le complementa el franqueo con un sello de 10cts. Figura 7. Esta es una tarjeta de las más raras de las españolas, de la que se conocen del orden de cinco ejemplares.
Fig 7
El segundo ejemplo es el de la tarjeta de Alfonso XIII tipo “Cadete” con un curioso error tipográfico e la nota “En este lado se eecribe solamente la dirección.” con una “e” en lugar de una “s”. Figuras 8 y 9. Es el único ejemplar conocido con este error
Fig 8
Fig 9
Pero, como decía al principio, ejemplares comunes pueden alcanzar rarezas muy importantes. Voy a comentar algunos ejemplos.
La tarjeta siguiente fue concebida para circulación nacional, por lo que hubo que complementar su franqueo con 25cts para su circulación al extranjero, pero en ella la singularidad es el destino: Australia. Figura 10. Estábamos en 1942, en plena guerra mundial, lleva por lo tanto marcas de censura española en el reverso y de llegada en el anverso.
Fig 10
,
A veces lo singular es lo heterodoxo, como pasa en la tarjeta de las figuras 11 y 12. Desde sus orígenes en las tarjetas estaba prohibido adherir nada, consecuentemente no podían usarse para el envío de muestras sin valor. Pues bien en este caso circularon con muestras de mercería.
Fig 11
Fig 12
La circulación por correo aéreo era más rara que por correo ordinario, aunque en el caso de la tarjeta de la figura 13 lo realmente singular es los sellos que se usaron para complementar el franqueo: una pareja de 30cts con la sobrecarga conmemorativa del Vuelo Madrid-Manila.
Fig 13
Un caso especial lo representa esta tarjeta (figura 14), circulada el 19 de enero de 1939, en la que coinciden dos casos de necesidad de complementar el franqueo. Las tarifas de 10 de noviembre de 1938, para las tarjetas, pasaron de ser 15cts a 20cts, por lo que hubo de añadir un sello de 5cts para este fin. Por otra parte también subieron los servicios de urgencia, pasando de 20cts a 25cts, de ahí el otro sello de 5cts que complementa el sello especial urgente de 20cts. Esta última anomalía fue tolerada ya que aun no se había emitido el nuevo sello urgente de 25cts.
Fig 14
Los enteros también fueron objeto de intentos de circulación con franqueo insuficiente lo que dio lugar, sobre todo en el tráfico internacional, a que se tasaran. Es el caso de la tarjeta de la figura 15. Salió de Oviedo el 28 de mayo de 1923. El 30 del mismo mes, en la oficina de cambio de Madrid se detectó la falta de franqueo, la tarifa de las tarjetas para el extranjero, desde el 14 de enero de 1922, era de 25cts. En consecuencia le pusieron la marca T/ ESPAGNE y la indicación del franqueo adecuado, usando para ello la marca propia de esta oficina, 25CTMOS, inadecuadamente ya que lo correcto era poner la marca indicativa de la insuficiencia de franqueo, que, en este caso era de solo 10cts.
Fig 15
Hay situaciones en las que los enteros se utilizaron no en su calidad de tales sino como “cartulinas” a las que había que adherir sellos de franqueo para que circulasen como tarjetas postales. En estos casos no deberían tener cabida en las colecciones competitivas, aunque, dada su singular rareza, y de forma esporádica, se pueden poner indicando siempre esta circunstancia. Un caso típico de estas situaciones se ilustra en las figura 16:
Fig 16
Tarjeta postal circulada de Francia a Alemania, con sello francés, y no como entero español. No es un entero circulado ya que no tenía capacidad para circular por si misma saliendo desde fuera de territorio español.
Por supuesto también hay piezas en las que coincide su rareza como entero y su rareza en su circulación. Es el caso de la tarjeta de la figura 17. Tarjeta doble emitida en la segunda República Española para su circulación en el interior de la nación. Solo se conocen 5 o 6 ejemplares nuevos y este es el único conocido de la tarjeta de vuelta circulada, además al extranjero como tarjeta sencilla, complementado su franqueo con 15cts hasta los 30cts de la tarifa vigente.
Fig 17
Para terminar reproduzco un entero muy común pero al que su circulación le convierte en una pieza excepcional. Figura 18.
Fig 18
Circuló de Palma de Mallorca a San José (Costa Rica) el 31 de mayo de 1899, certificado con aviso de recibo. El franqueo va complementado con un sello de 25cts como pago de los derechos de certificación y otro de 10ctsde para el pago del aviso de recibo. Es el único entero español certificado con aviso de recibo del siglo XIX y uno de los únicos cinco certificados españoles con aviso de recibo de ese siglo
Como resumen creo que, especialmente cuando se exhiben enteros comunes, es necesario buscar y exponer ejemplares cuya circulación los convierte en piezas de singular relevancia.
Por último quiero agradecer a todos los amigos que participaron en el foro de Enteros postales de Chile su entusiasmo y calor, a la FIAF su hospitalidad, a Bernie Beston y a Lars Engelbercht sus eruditas y clarificadoras presentaciones y, por último y muy especialmente, a Arturo Ferrer, entrañable amigo, por su iniciativa, su esfuerzo y su generosidad.